sábado, 9 de febrero de 2008

¿A qUiÉN IrEMoS?

"Yo soy el pan de vida... Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo" San Juan 6:48,51

Estas palabras parecieron duras y fuertes para los judíos, no entendieron el verdadero significado, no las pudieron resistir.

Jesús se refería que a través de su muerte (crucifixión), la salvación podría llegar a todos. Que era necesario acercarse a él, el Hijo de Dios, para el perdón de los pecados y encontrar la salvación eterna.

Muchos de los discípulos se volvieron atrás, y ya no anduvieron con él.

Jesús confronta a los 12 discípulos (más cercanos) y les pregunta ¿Queréis acaso iros también vosotros?
Mas, Pedro responde: ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

En nuestro diario vivir enfrentamos muchas situaciones buenas y malas. Y cuando nos acontecen injusticias, traiciones, envidias, nos dan ganas de responder de la misma forma, o sea pagar mal por mal. Pero, ¿no somos nuevas criaturas? El apóstol Pablo decía: "ya no vivo yo, sino Cristo en mí"

Muchas veces me cuesta comprender que ya no estoy sola. Cuando las cosas ya no dan más, me detengo y recuerdo sus promesas, entonces, inmediatamente acudo a su presencia.
Pero, ¿hasta cuándo permitiré que las emociones dirijan mi vida? Acaso, ¿espero dar vuelta atrás…? Sin embargo, si lo hiciera, qué encontraría. Mi vida ya no es la misma, tengo una mente renovada y tengo esperanza.
No dejemos que las presiones nos intimiden y nos amedrenten. En realidad, esto lo escribo para no olvidar esta interrogante que el apóstol pronunció:

¿A QUIÉN IREMOS?